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sábado, 10 de agosto de 2013

Día 2: Visita de Bucarest

Lo primero que hicimos por la mañana fue ir a comprar el Balkan Flexipass, ya que esa misma noche cogíamos el tren hacia Sofia, Bulgaria. Has de saber que el Balkan Flexipass, al igual que el interrail, solo te da acceso a entrar en el tren, es tu billete. Sin embargo, para tener un asiento/cama tienes que comprarlo aparte, y en la mayoría de los trenes internacionales es obligatorio. En el caso de Bucarest-Sofia, la reserva de un asiento costaba 14 lei (3 euros).

La ciudad de Bucarest me resultó sorprendente. Las críticas suelen ser duras e íbamos con pocas expectativas, incluso sopesando el ver los alrededores antes que la propia ciudad. Pero nos quedamos y no defraudó.
Bucarest es una ciudad con muchos edificios históricos, múltiples parques y calles con mucho encanto. Lo más famoso de la ciudad es el edificio del Parlamento, el cual es el más grande del mundo. Pero yo creo que hay que valorarla como un conjunto y no como partes individuales.






Por la noche nos fuimos a la estación de trenes, algo oscura y turbia y donde parecían cocerse varios robos (hasta vimos uno en directo con final feliz, el ladrón llorando con la nariz rota), por lo que no parece recomendable quedarse a pasar la noche. 
A las 23:12 salía el tren a Sofia, los números de los asientos no tenían ningún sentido y cada uno se metía donde podía. Este tren iba por compartimentos de 6 asientos, estilo Harry Potter. Nos agenciamos uno para los cuatro y fuimos cómodos, aunque ni la luz ni la ventana funcionaban a priori. Por ser la primera noche no pegué mucho ojo, ya que había leido todo tipo de historias de robos mientras dormías. Pero a lo largo del viaje me fui dando cuenta de que con cuidado, puedes dormir decentemente.

Día 1: Llegada a Bucarest

Nuestro viaje constó de 16 días durante los cuales visitaríamos 7 países: Rumanía, Bulgaria, Turquía, Macedonia, Serbia, Hungría y Bélgica, estos dos últimos por causas del vuelo.

Comenzó en el aeropuerto de Barajas, Madrid. No es un gran comienzo tener que dormir la primera noche en el aeropuerto, teniendo en cuenta que la mayoría las íbamos a pasar en asientos de trenes, pero la salida tan temprana del vuelo a Milán Bérgamo, donde haríamos escala para llegar luego a Bucarest, nos obligó a ello.
Barajas no es un mal aeropuerto para dormir. Tiene poca gente de noche, enchufes para todos, alguna conexión WI-FI abierta, televisión (aunque solo con TVE HD, por lo que te puedes tragar bodrios infumables...) y la seguridad y limpieza del aeropuerto te dejan dormir plácidamente. Aún así, no dormimos, porque no deja de ser incómodo dormir en el suelo o en los asientos con reposa brazos metálicos.

El vuelo a Milán lo hicimos con Ryanair. De ahí usamos Wizzair para llegar a Bucarest.
Wizzair nos hizo echar de menos a Ryanair. Para empezar, te cobran 15 € por entrar con un equipaje de mano decente. Si no pagas, lo máximo que puedes llevar es una mochila de colegio o un bolso. A no ser que no te pillen, claro. La entrada al avión fue auténticamente caótica, sin colas de espera ni nada. Maricón el último total. Y para rematar, hay más asientos por metro cuadrado que en Ryanair, lo cual te elimina toda movilidad de las piernas. Como con esto no era suficiente, el piloto le metió el miedo en el cuerpo a los pasajeros cuando por megafonía comenta que le han denegado el aterrizaje en el aeropuerto de Bucarest mientras damos vueltas en plan buitres durante varios minutos por encima de la ciudad.

Finalmente llegamos y nos dirigimos a sacar dinero para pagar el bus que te lleva a la ciudad. Un euro es aproximadamente 4,5 lei rumanos. El billete de bus (y de metro, tren o lo que sea que cojas) cuesta 3,5 lei, y necesitas una tarjeta para recargarla que vale 3 lei. Si viajas con más gente podéis coger una tarjeta entre todos y meter ahí todo el dinero.

Otra opción para llegar desde el aeropuerto hasta la ciudad es coger un taxi. Tienen un precio fijado de 1,39 lei/km, lo cual son unos 25 centimos por cada kilómetro. Si lo cogéis entre 3 o 4, el precio es de risa.

El primer día poco vimos. Lo tomamos como relax, yendo a comprar comida, saliendo a tomar algo y acomodándonos en el hostal. Posiblemente el mejor hostal en el que he estado. Por unos 4,5 euros teníamos cama en una habitación de 6. El hostal estaba muy bien decorado, tenía todo tipo de facilidades y el propietario era el tío más majo y atento que te puedes encontrar. Cocina, ordenador, aire acondicionado, bicis de préstamo gratis, un salón y baños impresionantes... Aquí dejo el link, porque el tío se merece toda la publicidad del mundo:
http://www.hostelbookers.com/hostels/romania/bucharest/85838/



Día 0. FAQ Balkan Flexipass

¡Bienvenidos a mi nuevo blog personal de viaje!
Esta vez no tenía pensado hacerlo, pero tras lo que me costó encontrar información sobre este tipo de viaje en concreto me decidí a ello, y espero que sirva de ayuda a gente que tenga pensado realizar algo similar.
De paso iré plasmando en formato digital las notas del cuaderno de bitácora que he ido escribiendo a lo largo del viaje, que también podrían ser de utilidad. En esta primera entrada haré una especie de FAQ introductorio acerca del Balkan Flexipass.

¿Qué es el Balkan Flexipass?
La idea del viaje era realizar un interrail por los países del Este de Europa, que tiene los pases más baratos. Sin embargo hay una opción más económica, que es el Balkan Flexipass. Este es un billete del estilo interrail pero que abarca casi todos los países de la zona de los Balcanes.

¿Qué países incluye?
Los países en/a los que puedes viajar son: Rumanía, Bulgaria, Turquía, Grecia, Macedonia, Serbia, Montenegro y Bosnia.


¿Cuanto cuesta?
Como todo, depende. De la edad y de los días que viajes. Si eres menor de 26 años el precio en segunda clase es de 53, 70, 89 y 106 euros según viajes 5, 7, 10 o 15 días respectivamente.

Funcionamiento de los días de viaje
Con el Balkan Flexipass puedes viajar durante un mes los días que hayas seleccionado. No tienen que ser consecutivos, tu escribes en el billete el día que viajas, teniendo tantas casillas como días hayas comprado. Por ejemplo, nuestro viaje duró 16 días pero con el Balkan Flexipass de 7 días nos fue suficiente.

Horas de viaje
Creo que esto funciona igual que el interrail. Si un día coges un tren más tarde de las 7 PM y llegas a tu destino más tarde de las 4 AM, debes escribir solo el día que llegas, no el que sales. Si lo coges antes de las 7 PM y llegas después de las 4 AM estarías gastando dos días de viaje, el de salida y el de llegada. Y si llegas antes de las 4 AM, hayas salido antes o después de las 7 PM, solo contará el día de salida. Esto es muy importante tenerlo en cuenta a la hora de elegir los días de viaje del Balkan Flexipass.

¿Dónde comprarlo?
Si lo buscas por Internet siempre te intentarán colar el billete de primera clase, que es mucho más caro, y vista la calidad de los trenes, la diferencia va a ser mínima. Lo mejor es que lo compres al llegar a tu destino en la estación de tren, aunque has de tener en cuenta que en el país en el que lo compres solo podrás utilizarlo para tomar un tren al extranjero, nunca para viajar dentro del mismo país.

Problemas 
Para variar, hay unos cuantos peros. El precio es increíblemente barato comparándolo con el interrail, y las opciones son las mismas. Es decir, que si queréis hacer una ruta por la zona del Sureste Europeo, el Balkan Flexipass es la opción. Los problemas que hay son:
- Hay dos países aislados en conexiones de tren, Grecia y Bosnia. Solo se puede acceder a ellos mediante bus, y eso no lo incluye el pase (los viajes de un trayecto rondan los 20-25 €). Dentro del país si puedes coger los trenes que quieras con el Balkan, aunque ahí entra otro problema.
- Las conexiones de trenes son penosas. En estos países han primado el transporte en bus al tren, por lo que no hay tantas conexiones como cabría esperar. Hay solamente un tren internacional al día normalmente, que es nocturno.
- Los trenes son insultantemente lentos. Te pasas horas parado en la mitad de la nada por temas de aduanas y pasaporte, y por si fuera poco, llegan siempre con horas de retraso. Así que mejor no planificar nada con poco margen porque es muy probable que salga mal.
- Descanso escaso. Aunque tengas un tren nocturno y te hayan obligado a coger un compartimento-cama, la policía y revisores del demonio se encargarán de que tu noche sea una pesadilla, despertándote cada hora para pedirte el billete o el pasaporte.

Y creo que hasta aquí es suficiente como introducción. Si por algún casual llegas a este blog y tienes alguna duda respecto al billete, pregunta sin problemas, que es lo que me hubiera gustado hacer a mí en su momento.